Ecuador, México y Haiti en la mira

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El «ajuste» del FMI y la «ayuda humanitaria» de EE.UU. en Haití

Los haitianos rechazan las exigencias del FMI, en el marco de un acuerdo de «ayuda humanitaria» y la intervención de EE.UU. y la ONU, que ha devastado aún más al país.
Desde el 6 de julio, Haití fue escenario de protestasen rechazo al aumento en los precios de la gasolina, el petróleo y el kerosene. Una medida acordada en febrero entre el Gobierno y el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Ante la violencia, la medida fue revertida al día siguiente y el presidente Jovenel Moïse llamó a la población a regresar a sus hogares. Sin embargo, las protestas continuaron y han dejado al menos tres muertos, así como daños a edificios gubernamentales, comercios, hoteles y oficinas de negocios.

Los disturbios ocurrieron en la capital Puerto Príncipe, en la ciudad Cap-Haitien y en las comunas de Les Cayes, Jacmel y Petit-Goave.

Para el 9 y 10 de julio sindicatos y grupos opositores convocaron a una huelga general, la cual se cumplió y causó la paralización del transporte. Tras esto, se restableció la calma y la actividad comercial.

Renuncia del primer ministro

Las protestas y el descontento social en el país por los ajustes exigidos por el FMI hicieron que el primer ministro haitiano, Jack Guy Lafontant, presentara su renuncia el 14 de julio ante el presidente Jovenel Moïse.

Mientras la población espera por el nombramiento de un nuevo primer ministro, el presidente Moïse prometió formar un Gobierno inclusivo e inició consultas con sectores económicos, políticos, sociales y religiosos.

El portavoz presidencial informó que Moïse ya ha tenido reuniones con posibles candidatos.

La «ayuda humanitaria» del FMI y EE.UU.

La medida de «ajuste» del FMI implicaba el aumento de la gasolina en 38 por ciento, del diésel en 47 por ciento y el del kerosene en 51 por ciento, este último utilizado por la mayoría de los haitianos para alumbrar sus casas, debido a que no tienen electricidad.

Se trataba de un acuerdo de «ayuda humanitaria» entre el Gobierno de Haití y el FMI, realizado sin el consentimiento de la población, como parte de un programa de ajustes, cuyo propósito era poner fin a los subsidios que tienen los productos derivados del petróleo bajo el pretexto de reducir el déficit presupuestario gubernamental y «estabilizar» la economía.

El rechazo a la medida fue de inmediato pues el acceso al combustible es solo es posible gracias a los subsidios. La mayoría de los haitianos aún viven en pobreza extrema, en un país con desempleo generalizado y una alta inflación.

La deuda de Haití con el FMI se dio tras el terremoto de 2010, que dejó al menos 222 mil 570 fallecidos, 1,5 millones de personas en la indigencia y pérdidas materiales calculadas en 7.900 millones de dólares. Se trató de un «préstamo» de 114 millones de dólares que debía empezar a ser reembolsado tras un período de cinco años y medio.

Tras el terremoto, el país también sufrió una epidemia de cólera, de la cual es acusado el personal de paz de Naciones Unidas. La enfermedad mató a más de 8 mil personas y más de 650 mil se enfermaron. A esta catástrofe se unieron los huracanes Matthew e Irma en 2016 y 2017, tras los cuales miles de personas siguen viviendo en campamentos.

El terremoto sirvió de excusa para una nueva intervención «humanitaria» de Estados Unidos (EE.UU.) en Haití, donde años antes, entre 1951 y 1986, fue responsable de implementar la dictadura de los Duvalier para controlar y saquear los recursos naturales de la isla.

Esta calamidad que atravesaba el país también abrió la oportunidad para la «ayuda humanitaria» de la ONU, que tomó el control de la isla con la misión MINUSTAH (7 mil soldados y policías).

La intervención extranjera terminó siendo un fraude económico, pues mientras el país seguía sufriendo las consecuencias del terremoto, millones de dólares en «ayuda humanitaria» de Occidente no llegaron nunca a la población. Casi el 90 por ciento de este financiamiento quedó en organizaciones extranjeras, entre ellas se acusa a la Fundación Clinton.

La deuda externa de Haití se estima en unos 890 millones de dólares, de los cuales el 41 por ciento corresponde al Banco Interamericano de Desarrollo (BID), su mayor acreedor, y el 27 por ciento al Banco Mundial (BM).

Telesur


El FMI respalda anuncios de AMLO sobre políticas fiscal y monetaria

El Fondo Monetario Internacional (FMI) respaldó este lunes los pronunciamientos sobre políticas fiscal y monetaria del virtual presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador, y advirtió que este será el país latinoamericano más afectado por las actuales tensiones comerciales.

López Obrador se comprometió a seguir políticas de rectitud fiscal y credibilidad inflacionaria. Básicamente construir sobre el fuerte contexto de políticas que Mexico ha establecido; esas posiciones las apoyamos mucho y estarán en el interés de México, dijo Maury Obstfeld, consejero económico y director del Departamento de Investigaciones del FMI.

En conferencia de prensa para presentar la actualización del Panorama económico mundial, el consejero fue cauto en su valoración, al hacer notar que el nuevo gobierno iniciará en diciembre próximo.

En el reporte, el FMI mantuvo su proyección de crecimiento para México en 2.3 por ciento de este año, pero redujo la de 2019, a 2.7 por ciento, de 3 por ciento de su estimación emitida en abril.

Dijo que aunque México será beneficiado por los altos precios de algunas materias primas, factores externos y domésticos impactarán los prospectos en el plazo inmediato.

Refirió los desafíos que enfrentarán algunas de las economías más importantes y sumó a lo anterior las tensiones comerciales con Estados Unidos derivadas de la guerra de aranceles iniciada por el presidente Donald Trump luego de su decisión de aplicar aranceles de 25 por ciento a las exportaciones mexicanas de acero y 10 por ciento a las de aluminio.

El país será el más afectado por tensiones comerciales

Al respecto, Obstfeld reconoció que si bien algunos países de Latinoamérica están expuestos a los efectos derivados de las tensiones comerciales, la exposición de México será mayor.

Existen negociaciones sobre las exportaciones de acero de Brasil a Estados Unidos, pero México está más expuesto debido a las actuales negociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), precisó.

El reporte se refirió a la incertidumbre sobre las pláticas del TLCAN, como otro factor que pesará en los prospectos a mediano plazo. Obstfeld dio a conocer que la proyección del FMI asume que las negociaciones entre los tres socios del acuerdo concluirán en 2019, al advertir que un fracaso podrá tener severos impactos en las cadenas de abasto en sectores como la industria automotriz.

Para América Latina, el organismo prevé crecimiento de 1.6 por ciento en 2018 y de 2.6 por ciento en 2019, 0.4 puntos porcentuales y 0.2 puntos porcentuales menos que en su última proyección.

En tanto, sus pronósticos para el crecimiento mundial los mantuvo en 3.9 por ciento para este año y para 2019.

El organismo advirtió que es cada vez más probable que se produzcan conflictos comerciales y una escalada de las tarifas a los niveles amenazados por Estados Unidos, China y otros países, lo cual no sólo tiene un efecto directo en la demanda, sino que elevaría la incertidumbre y dañaría la inversión.

La Jornada


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